martes, 26 de junio de 2012

Un bosque

Entro en la sombra, busco la presa imaginaria, comienzo a correr. Persigo la silueta del verano que estampa de hojas la piel de los animales, acelero para convertir los árboles en una secuencia que pierda la unidad.

El calor aumenta y los músculos se dibujan en sudor; hay otros que se cruzan en mi camino, pero apenas son miradas que se oyen de paso. Sostengo el ritmo, soy la orden de búsqueda, sigo mis ojos, escucho su voz.


Me pierdo entre los árboles. La llama que soy por dentro iguala al calor del viento, el sol dibuja mi contorno pero he dejado atrás mi nombre, las cicatrices y el tiempo.  


Termina la canción. Dejo de correr. Regreso, sonriendo, a casa.


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