domingo, 2 de mayo de 2010

Confusiones

Odio al mundo. Especialmente una parte, esa que me empaña los vidrios con un sol sucio, la que me obliga a callar, la que me quita la energía.

Me subí a la azotea a leer sobre el desamparo de Søren, mientras me bronceaba, fumaba y bebía agua, sin creer que él no pudiera creer en ser lo que se hace y por ello se orillara a creer en la fe. Todo son equívocos, temores y enmiendas a una vida que no puede tener sentido claro. No es tan difícil aceptar la muerte si se acepta que vivir es responsabilidad propia.

Está bien, no odio al mundo, tampoco a una parte. Pero a veces es agotador.

1 comentario:

Dark Romanticism dijo...

a veces... [a veces casi siempre...]
puntoyaparte